EL MOLESKINE



Hoy lanzo, con esta entrada, una nueva sección, “el Moleskine”. Se trata de un apartado donde, continuando la tónica del blog, seguir enseñando proyectos y obras, siempre dentro de lo referido a Arquitectura, diseño y arte, pero las cueles yo he podido visitar.

El nombre “Moleskine” hace referencia a un blog de notas, de hojas blancas (aunque también los hay a rayas), tapas más o menos duras, cerrado por una goma elástica, con un sobre en su parte final y que se utiliza para hacer anotaciones o apuntar detalles que nos pareciesen importantes, así como realizar dibujos. Originariamente se trataba de un cuaderno de viaje, pero hoy día la propia marca ya fabrica Moleskines de todo tipo.

El gran impulsor de este cuaderno fue Bruce Chatwin (1940-1989), un novelista y escritor de viajes inglés. Según parece utilizaba este cuaderno en todos sus viajes y escribía en ellos las anotaciones para sus libros. Por lo que para él, su moleskine, tenía una importancia fundamental. A fines de los ochenta, el escritor Bruce Chatwin la mencionó en The Songlines, uno de sus libros más célebres. A partir de la descripción, una empresa de Milán retomó la idea, la recreó, la patentó recién en 1997 y la puso en venta agregándole la mística de una historia artística ficcionada. En 2006 la compañía italiana Modo&Modo no pudo sostener la producción y tuvo que vender la empresa a un grupo de ejecutivos franceses que cambiaron la confección artesanal por la fabricación seriada en China.

Yo personalmente desconocía este cuaderno hasta que entre a la carrera de Arquitectura, pero desde entonces procuro tener siempre cerca. Un cuaderno que, no sé exactamente porque, parece una parada obligada para todo aquel que siente inquietud por el campo al que se dedica, creando así una relación con sus ideas a través de las hojas del blog. He leído por la web, que despierta la creatividad de todo aquel que lo utiliza debido a que, inconscientemente por temas publicitarios, los usuarios asocian este pequeño cuaderno con esta creatividad, incrementando así la capacidad de cada uno.

Su nombre, como pasa con muchos productos, proviene de una marca concreta (cuadernos Moleskine). Pero si nos interesa hoy día se fabrican y distribuyen por distintas cadenas conocidas a un precio mucho más barato.